martes, 28 de febrero de 2012

BOTELLÓN EN LA BOLLA


                                          
                   BOTELLÓN EN LA BOLLA





                                              LA BOLLA DESDE CADALSO


Luna llena de agosto, es el día elegido para subir a esta montaña, la más alta de la Sierra de Gata, 1519 metros. Por fin vamos un grupo, 8. Salimos de Cadalso a las siete de la tarde con la idea de ver el atardecer desde lo alto y la salida de la luna casi al mismo tiempo.

                                                     
                                                    VALLE DEL ARRAGO

El título de esta crónica nació en las calles de Madrid, cuando  planeábamos la ruta, Botellón en la Bolla, tal cual. Y era lo ideal, cervecita y cena en la montaña.


                                                     CORTAFUEGOS DE HENO






A las ocho menos veinte teníamos los autos aparcados en el cortafuego de Los Llanos y tomábamos la rodera que lleva a la cumbre. El cortafuego por el que se accede se ve desde todo el valle.

                                                  CORTAFUEGOS DE HENO

                                                                        LA BOLLA


Hacía un poco de calor, el camino se inicia con una ligera ascensión por cómoda vereda, vamos andando y admirando el paisaje: la Bolla cierra el Valle del Arrago por el noreste y domina sobre las Hurdes del oeste.









El sendero es muy fácil, sube un repecho, baja y vuelve a subir hasta un pico anterior al que nos dirigimos, llamado Pico de la Vela.





                                                         
                                                              VALLE DEL ARRAGO




Primera parada, primera litrona compartida, diez minutos y seguimos. La senda se empina, hemos ascendido bastante y ya se divisan espléndidas vistas.




                                                         CORTAFUEGOS DE HENO



Segunda parada, segunda cerveza, miramos hacia lo alto, el cortafuego se empina y forma una buena pendiente, más al final.


                                                            ATARDECER




Terminamos la cerveza y nos ponemos en marcha, nos dispersamos en la ascensión final. La puesta de sol se desarrolla ante nuestros ojos  maravillados y nos damos cuenta, desolados, que la luna estará comenzando a salir sobre el horizonte
 que nos tapa el Pico de la Bolla.




                                                                    



Apretamos el paso los que vamos primero pero llegamos arriba a las 21.15, la luna ya está fuera del horizonte, en el cielo, sobre las Hurdes y el Valle del Ambroz. En la parte opuesta, el sol se hunde tras la Sierra de Gata.


                                                                 




                             


El paisaje quita el aliento y enseguida nos damos cuenta que también el frío quita el aliento. Hay unas casetas semiderruidas cerca del vértice geodésico, nos refugiamos del viento tras una pared y comenzamos el botellón.







                                                                     



Los que teníamos ropa de abrigo, nos la hemos puesto. Se ha hecho de noche, la luna se refleja en las aguas lejanas del pantano de Gabriel y Galán, comienzan a aparecer las luces de los pueblos que se divisan desde aquí y que antes permanecían invisibles.




                                              LA LUNA SOBRE LAS HURDES

Tenemos prismáticos y miramos con ellos las luces lejanas. Hacia el norte está Ciudad Rodrigo, el lugar más grande e iluminado que se ve desde la Bolla, la catedral se aprecia a simple vista y con los prismáticos, mucho mejor. Aquí, cerca, una alquería de las Hurdes, que nadie sabe cuál es, hacia el Valle del Árrago, Descargamaría, en primer término, con unas luces características que dibujan una cabeza de vaca, al fondo, Cadalso y más al sur Santibáñez. Se divisan decenas de pueblos que intentamos nombrar, las crestas de las montañas se van diferenciando a medida que la luna asciende.







El frío arrecia, comemos y bebemos, hacemos fotos, seguimos charlando,  mirando abajo y en un momento dado, decidimos regresar. La rampa final, la de mayor inclinación, ahora está en la oscuridad, pero con cuidado, fuimos descendiendo hasta llegar a la zona iluminada por la luna. A partir de aquí tomamos de nuevo las roderas y marchamos tranquilamente hasta los coches.








Una hora y cuarenta minutos de subida, con dos paradas, una hora de bajada con la luz de la luna. Consumado el botellón, La Bolla es una Montaña de Cadalso.








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