martes, 7 de febrero de 2012

BATALLA POR LA ALMENARA







                                  BATALLA POR LA ALMENARA


         Después de muchos, muchos años sin subir a la Almenara, por Cadalso, nos vimos obligados a ello. El motivo fue el cierre del camino que partiendo de la Cruz de Piedra, entre Gata y Torre de Don Miguel, llega a la base del cerro en el que se asienta el castillo.
       Según parece, un nuevo propietario de la finca por la que se accedía, ha decidido cerrar el paso a los senderistas. Así es, ha cortado el camino y ha llenado de pintadas las rocas, por los cuatro costados: “PROHIBIDO EL PASO”,  “PROPIEDAD PRIVADA”, “NO PASAR”, etc. Y si te aventuras, un guarda te sale al encuentro inmediatamente y te conmina a abandonar.

                                                    La Almenara desde Cadalso


        Bien, pero ¿cómo se sube de Cadalso a la Almenara?
Me pongo a pensar y recuerdo haber ido tres veces, una de niño y dos de joven. Y siempre al  tun tun, monte a través, casi recto. A la manera de Cadalso.
        Eso fue hace mucho, cuando subir hasta media montaña era fácil, porque las tierras de cultivo estaban en explotación y las sendas y veredas eran practicables. Ahora no, el Madroñal, las Cuestas, el Horcajo, los Castañares, Aroche y otras zonas han sido abandonadas y la maleza salvaje convierte en impenetrable el bosque que se ha formado en los últimos veinte años.
- ¿Cómo se sube a la Almenara?
- Mira, tira por ahí para arriba y todo recto – me dicen en el pueblo medio en broma.
- Imposible, no te desenredas de la maleza en todo el día. No es una ruta senderista.
- Ve por Aroche, por las casas de Aroche.
- ¿Y de ahí para arriba?
- Búscate la vida.


                                                        La pista del Horcajo


         Venía mi cuñado al pueblo, con mi hermana, y quería subir a la Almenara, con tan mala suerte que tres veces no fue posible, por la climatología. Se lamentaba:
- ¡No queréis subirme a la Almenara!
Hasta que una Semana Santa parecía a punto. Estuvimos el viernes dando un paseo por las pistas haciendo una aproximación. Pero al día siguiente amaneció con lluvia, con la sierra encapotada de niebla. Se pospuso la excursión y yo me volví a Madrid.
        El domingo, él y mi hermana decidieron ir solos. Ella, de Cadalso, no había ido nunca, como muchos del pueblo. Total, que subieron por las pista del Horcajo al término de la Torre y se internaron en el bosque, recto hacia la Almenara.
El día era espléndido y los apuros que pasaron, inenarrables: se batieron con zarzas, helechos secos, matorrales, paredes derruidas, regatos, maleza espesa, desorientación… Cuando salieron a la zona sin árboles no sabían dónde estaban. Aún tardaron un rato en ver el castillo. Se dirigieron hacia él a lo bravo, ya que no encontraron sendero que los llevara. Una vez arriba, qué día más bonito, fotos, paisaje, cuenta los pueblos, los picos de las montañas, etc. Bajaron por las rocas y se enfrentaron de nuevo al bosque. Se pusieron frente a Cadalso y decidieron: por aquí, recto hasta el pueblo. Fue peor que la subida, más perdidos todavía, hasta que emergieron en algún lugar de La Cuesta.
Cuando me lo contaban en Madrid me reía:
- Os felicito, habéis subido a la Almenara al modo cadalseño.


                                                            Collado del Horcajo


¿Cómo se sube, pues?



                                                              Collado del Horcajo
    


      Un amigo  me lo preguntaba esa Semana Santa y luego en verano. Su preocupación era lógica ya que tenía prevista una excursión, con más de veinte personas, para el otoño y no sabía por dónde ir. Abortada la marcha de la primavera a la que se apuntó, tampoco la hicimos en agosto por el calor. De cualquier manera, él se inclinaba por el camino de Aroche.
Y eso hizo, más de veinte excursionistas hasta el morón, desde ahí al castillo, después bajaron a Gata, y por Torre, de nuevo a Cadalso. A alguien le comentó que él había llevado a más de veinte gallegos a la Almenara y que yo no tenía huevos de subir.


                                                           Entrando en el bosque

       Y así parecía ser, porque unas veces por no ir solo, y otras porque siempre que voy llueve, el caso es que veo la Almenara de lejos, si es que la veo, ya que si hace malo suele estar cubierta de nubes.
En la ultima navidad ocurrieron las dos cosas, cuando alguien podía acompañarme, llovía, y cuando no llovía, estaba solo.
       La cosa comenzó a avanzar por el mes de febrero. Logré liar a otro amigo  que se alió conmigo en la búsqueda de un nuevo camino. Él tiene más tiempo libre que yo y pasa temporadas en Cadalso, cuenta con dos perros que le acompañan y muchas ganas de caminar. Así, un día fue hasta Aroche, mitad de camino, e investigó la pista que desde el Depósitos del Agua enlaza con la pista paralela superior y lleva  hasta las casas.
      Un día, en Madrid, en su casa de Lavapiés, mirábamos los mapas de Google Satélite y perfilábamos la ruta que queríamos abrir por el Horcajo. En estos planos no se aprecia el relieve y la perspectiva es engañosa. Hay varios hitos principales: la pista curva, oculta en el bosque, el balcón de rocas sobre el mismo, la majada arruinada en el borde del bosque y la finca aislada por encima de los árboles. La comunicación entre estos hitos no es nada evidente sobre el terreno. Y no sabemos por donde comenzar al acabar los olivares. Hay que buscar un punto de abordaje para internarnos en la maleza y cruzar de la mejor manera posible.


                                                            En el bosque
     
He fotografiado esa franja de monte desde el Castillo de Santibáñez el Alto, con potentes zoom, desde la carretera de Torre y desde Cadalso, pero es inútil, demasiada vegetación. Y hay que contar con los bancales o poyos de las antiguas fincas, hoy llenas de zarzas.
Un día, estando en una reunión de trabajo, sonó mi móvil, y era él. Me llamaba desde la Almenara .Había subido por Aroche, ya sabíamos que esa ruta es practicable, a pesar de alguna dificultad, y que del bosque para arriba hay que ir intuyendo el sendero o campo a través. Pero no es ese el camino que  buscamos.


                                                          El pino de la encrucijada

Con posterioridad, y en otro viaje a Extremadura, realizado con el único objetivo de subir a la Almenara, investigamos el bosque del Horcajo y, oh sorpresa, era viable. Caminamos diez o quince minutos en dirección opuesta a las señales que puso, en su momento,  el ayuntamiento y atravesamos una floresta encantada, penumbrosa, llena de rocas gigantes y sin excesivos obstáculos. No pudimos seguir buscando la pista que se ve en Google Satélite porque no era lo convenido  y otra persona nos estaba esperando en los olivares. Tuvimos que regresar a buscarla y volver al pueblo. Sin embargo el paseo había sido fructífero, la zona que parecía más difícil presentaba una posible ruta que nos llevaría hasta la Pista de la Torre (Pista Candela, la llama google) y después al Balcón de Rocas. Semanas después, mi amigo investigó este camino hasta el final y enlazó con la Pista Perdida y descubrió el Balcón de Rocas, volvió sobre sus pasos hacia Torre, tomó otra pista medio abandonada  y llegó hasta la Majada del Borde del Bosque, continuó hasta Aroche y regresó a Cadalso por el Deposito del Agua.

                                                              Bosque profundo
    
Pero las piezas no estaban encajadas. Para eso fuimos expresamente desde Madrid en la época de la Romería. Y ese día, calzados con nuestras botas de montaña, con mochilas, agua, vino y frutas, nos dispusimos a subir, de una vez por todas, a la dichosa Almenara. Con buen ánimo y escoltados por las perras de su hermano, nos pusimos en camino.


                                                                El Balcón de Rocas


Subimos por Santa Bárbara hasta el Horcajo, el collado aquí, es un sitio fabuloso desde donde se aprecia una  panorámica esplendida del norte del valle del Árrago.

                                       El Valle del Árrago desde el Balcón de Rocas


Nos adentramos en el bosque por un lugar ya señalado y marcado por nosotros, nos recibió la sombra intensa de la espesa vegetación, los robles y castaños, encinas y alcornoques, caótica selva de caminos cruzados, que nos perdemos, que nos perdemos. Pero no, llegamos al punto límite de la primera vez, a la izquierda sale un camino que hace años sería pista y que se aprecia en la vista del satélite. Tras unos pocos cientos de metros desemboca en la pista curva que consideramos uno de los hitos principales de este tramo y que tanto hemos buscado. Torcemos en ella a la derecha, hacemos la curva que se ve en los planos hasta que aparecen las rocas, aquí hay que subir por ellas o bordearlas, subimos, subimos como cabras y nos encaramamos en lo que es un fantástico balcón que se ve desde muchas partes del valle. Y también se ve, tras mucho rato oculta, la Almenara.


                                             Arroyo emparedado en el robledal



                                                            Roble centenario

Satisfechos por haber enlazado varios hitos, continuamos subiendo. Ya podemos ver el final de la vegetación, atravesamos un viejo robledal y aparece ¡La Majada del Borde del Bosque! Nos acercamos a ella muy contentos: hemos atravesado el bosque indemnes. Lo hemos conseguido: hemos abierto la ruta del Horcajo.


 
La Majada del Borde del Bosque   

                                            La Majada y la Finca Aislada, detrás


Por encima de la Majada está la Finca Aislada de grandes árboles, cerca de piedra y rodeada de peñascos y monte bajo. Hitos de piedra en la pseudo pista que viene de la Cruz de Piedra y va a Aroche. Nosotros tiramos aquí a la izquierda por un sendero apenas visible entre la maleza y las rocas, ascendemos lentamente hasta llegar a la Finca Prohibida que nos saluda con sus pintadas: “Propiedad particular”, “No pasar”, etc. Dentro, el viejo Corral Circular, muy fotografiado.


                                                            El Corral Circular


Lo lógico hubiera sido continuar por el perímetro exterior de la finca e ir ascendiendo hasta la zona de  la Laguna, sin embargo, nosotros queremos llegar a la Almenara por la cara que da a Cadalso, y acabamos como siempre, monte a través hasta que nos enfrentamos al abrupto cerro en el que se asienta el castillo.


                                               Al pie del Cerro de la Almenara

Desde un collado que da a las fincas traseras, bajo el Canchal de la Atalaya, nos disponemos a acometer la subida final. Hace calor, la senda es imprecisa, el desnivel, importante. Llegamos arriba exhaustos. Las perras  nos han precedido, están en mejor forma que nosotros.


                                                 La Almenera, al fondo, La Bolla


                                         Santibañez el Alto y el Pantano de Borbollón


                                                         Pico de las Jañonas


                                     La Ribera de Gata, el monte Jálama a la derecha


    Por fin el castillo de la Almenara. Tumbado a su sombra contemplo las cumbres de las Jañonas. He estado aquí muchas veces, pero hacía muchos, muchos años que no subía por Cadalso. Contamos los pueblos y los picos de las montañas, se ven sierras lejanas, un bello paisaje  alrededor, bebemos agua, nos comemos unas frutas y echamos largos tragos de vino… Inspeccionamos la muralla exterior y las frágiles paredes de lo que fue una dura fortaleza.
       
                                                            
                                                              ¡LA ALMENARA!



                                Cadalso, Pico de los Ángeles, Dios Padre y Gredos
   


                                          La Majada y  Sierra de Dios Padre, al fondo
    

 Tras una media hora, y ante la posibilidad cierta de que llueva, ¡cómo no!, decidimos emprender el regreso.



                                                              Valle del Árrago
                     
Investigamos el descenso por Aroche, guía él, que ya hizo esta ruta. Vamos bajando hasta la zona de cultivo por caminos cortados que presentan bastante desnivel. Cuando llegamos a las casas de Aroche, nubes negras han avanzado hacia nosotros y comenzamos a oír los primeros truenos. Nos detenemos en el arroyo para refrescarnos, rayos amenazadores cortan el cielo sobre nuestras cabezas, un pastor con el que nos encontramos nos dice que nos mojaremos antes de llegar al pueblo.


                                                       DESDE AROCHE

                                                         






     De la finca de Aroche sale una pista por la que caminamos un trecho, hasta que localizamos el sendero que nos llevará a  la pista de acceso al Depósito del Agua.
Comienza a chispear, apretamos el paso hasta las primeras fincas cultivadas, seguimos descendiendo, un paseo, Al llegar al pueblo comienza a llover, aunque suavemente.
Ya a cobijo nos despedimos, mi amigo y las perras se quedan, yo voy a la zona de la romería. Apenas he llegado a  Los Cachones cuando descarga una tromba de agua de primera. Se acabó la fiesta. La Almenara está encapotada bajo una tormenta de primavera. Ya da igual. Lo cuento, hemos subido por el Horcajo, hemos abierto una ruta fácil y bonita que nos servirá en el futuro.
  

                                     La Almenara es una Montaña de Cadalso.




2 comentarios:

  1. La subida era complicada por la dificultad para seguir el camino correcto sin perderse, pero vale la pena llegar hasta arriba. Esperemos poder disfrutar de muchas ascensiones ahora que la ruta ha quedado explicada. Gracias por la información!!

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